sexuales pareja pildoras corazon fotoMuchas de las píldoras a base de hierbas ofrecidas como alternativas seguras al Viagra y otros medicamentos para disfunciones sexuales contienen un riesgo oculto: para los hombres que en tratamiento por problemas cardíacos o de hipertensión, tomar una podría producirles un derrame cerebral o la muerte.

Los productos "totalmente naturales" con nombres como Stamina-RX y Vigor-25 prometen contener ingredientes asiáticos raros que harían las delicias de un farmacéutico, pero muchas funcionan porque contienen versiones no controladas de los mismos medicamentos que presuntamente sustituyen.

Ese secreto inconfesable representa un peligro especial para los millones de hombres que toman nitratos, fármacos recetados para disminuir la presión arterial y controlar las enfermedades del corazón. Cuando se les mezcla, los nitratos y las medicinas para la impotencia sexual pueden disminuir el flujo sanguíneo en forma catastrófica, lo cual puede producir un infarto o un derrame cerebral.


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    Una investigación efectuada por The Associated Press muestra que las píldoras de hierbas para corregir la impotencia están surgiendo como un motivo importante de preocupación en torno a la salud pública que las autoridades aún no dilucidan cómo rastrear, y mucho menos controlar.

    Las salas de urgencias en los hospitales y las líneas telefónicas para recibir reportes de envenenamientos están registrando más incidentes del fenómeno, ignorado por largo tiempo. Hay un auge en las ventas de los "potenciadores sexuales naturales", las cuales recaudaron casi 400 millones de dólares el año pasado. Y las imitaciones peligrosas abundan.

    Los afectados generalmente son personas de edad avanzada con mayores probabilidades de requerir ayuda por la disfunción eréctil.

    El mensaje de que el medicamento es totalmente natural puede ser atractivo para ese tipo de hombres, a quienes sus médicos y los omnipresentes comerciales de televisión ya les han advertido que no tomen Viagra, Cialis ni Levitra.
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    La investigadora Julie Reed en Nueva York y el corresponsal Andrew Bridges en Washington, ambos de The Associated Press, contribuyeron con este despacho.

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